Los detectores de choque y sísmicos están diseñados para detectar explosiones, ataques mecánicos o térmicos contra objetos o superficies. Son discretos y fáciles de instalar, lo que los hace ideales para monitorear elementos de alto valor. 

La necesidad de proteger espacios, bienes e información es un tema que siempre ha preocupado al ser humano, desde los primeros sistemas de seguridad basados en guardias y fortificaciones hasta los más modernos y seguros sistemas en la nube. La evolución ha estado marcada por los avances tecnológicos y las crecientes exigencias de seguridad. 

La seguridad electrónica en las entidades bancarias es un elemento clave para garantizar la protección de las instalaciones, los activos y la integridad de los clientes y empleados. En un entorno donde los riesgos van desde los robos físicos hasta intrusiones no autorizadas, Bosch ofrece soluciones con sistemas tecnológicos avanzados para fortalecer y garantizar la seguridad en estas entidades. 

Cuando pensamos en sensores, lo primero que nos viene a la mente son las tecnologías modernas de semiconductores y la era informática. Sin embargo, el primer sensor de Bosch llegó al mercado en 1923: la campana de Bosch, un dispositivo puramente mecánico que alertaba al conductor en caso de pérdida de presión en los neumáticos. Era mucho más grande que los sensores MEMS actuales de Bosch, que miden apenas unos milímetros.