Impacto del incremento de la política arancelaria estadounidense en el mercado de seguridad electrónica en Latinoamérica

La imposición de una compleja red de aranceles, incluidos los derivados de la Sección 301 dirigidos a China, los aranceles "recíprocos" de base amplia y las medidas bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) sobre México, Canadá y otros países, han generado una disrupción significativa en varios segmentos de la economía. 

Estos aranceles han provocado un aumento de los costos en toda la cadena de valor, desde los componentes electrónicos fundamentales hasta los productos terminados, afectando los márgenes de beneficio de fabricantes, distribuidores e integradores en latinoamérica. Las operaciones se ven obstaculizadas por la extensión de los plazos de entrega, los retrasos en la producción y los cuellos de botella logísticos.

¿Cómo se afecta la dinámica del mercado? 

Fuente: elcomercio.pe

La dinámica del mercado de seguridad electrónica en latinoamérica presenta un panorama mixto. Si bien los impulsores de crecimiento subyacentes como las crecientes preocupaciones por la seguridad y la adopción tecnológica siguen siendo sólidos, los aumentos de costos inducidos por los aranceles y las barreras locales preexistentes (infraestructura, habilidades, costos operativos) actúan como vientos en contra significativos, moderando potencialmente las proyecciones de crecimiento, especialmente en segmentos sensibles al precio. 

La influencia permanente de China en la región puede presentar riesgos como, dependencia de suministros, retrasos en la logística, pero también oportunidades como la diversificación masiva de sistemas más asequibles en diferentes segmentos del mercado.

Las perspectivas a corto plazo están marcadas por la volatilidad, el ajuste de costos y la presión sobre los márgenes. A mediano plazo, se espera una adaptación y el establecimiento de nuevos equilibrios en la cadena de suministro, aunque la incertidumbre política probablemente persistirá. 

A largo plazo, podrían producirse cambios estructurales en los flujos comerciales globales, consolidando potencialmente el papel de latinoamérica como un centro de estrategias empresariales para trasladar la producción o ciertas operaciones a países o regiones geográficamente cercanos (nearshoring), pero el éxito dependerá de la capacidad de la región para abordar sus propios desafíos tanto de desarrollo de proyectos, masificación de mercados y de la continua integración tecnológica.

Ante este panorama, la resiliencia estratégica se vuelve primordial. Las empresas de la industria de seguridad electrónica en la región deben adoptar un enfoque holístico que abarque: 

• La agilidad de la cadena de suministro (diversificación, visibilidad).
• La mitigación proactiva de costos y aranceles (ingeniería de tarifas, uso de acuerdos comerciales y procedimientos aduaneros especiales).
• La optimización de inventarios y logística.
• Una gestión de riesgos robusta (ciberseguridad, contractual). 

Cadena de suministro bajo presión

La imposición de aranceles por parte de EE. UU. ha ejercido una presión considerable sobre las cadenas de suministro de la industria de seguridad electrónica en América Latina, manifestándose en un aumento de costos, disrupciones operativas y una reconfiguración estratégica acelerada.

Escalada de costos a lo largo de la cadena de valor

El impacto más inmediato y tangible de los aranceles es el aumento directo de los costos de los componentes y materiales importados. Los aranceles sobre semiconductores (hasta 50%), sensores, pantallas, baterías y otros componentes electrónicos clave provenientes principalmente de China elevan drásticamente el costo de los insumos. 

A esto se suman los aranceles sobre materiales como el acero y el aluminio que son utilizados en la fabricación de carcasas, soportes y otros elementos estructurales de los equipos de seguridad. Estos costos incrementales no se absorben en un solo punto, sino que se transmiten a lo largo de la cadena de valor. Los proveedores de componentes trasladan los aumentos a los fabricantes de equipos originales (OEMs), quienes a su vez los repercuten en los distribuidores e integradores de sistemas en latinoamérica. 

En cada etapa, los márgenes de beneficio se ven presionados, obligando a las empresas a elegir entre absorber los costos (reduciendo la rentabilidad) o trasladarlos al cliente final (con riesgo en la competitividad). Más allá de los costos directos de los bienes, los aranceles también inflan los gastos logísticos. 

La necesidad de redirigir las rutas de suministro para evitar aranceles o buscar proveedores alternativos puede generar congestión en puertos, mayores costos de flete y tiempos de tránsito más largos. Las tensiones geopolíticas asociadas a las disputas comerciales también pueden aumentar las primas de seguro para el transporte marítimo.

Finalmente, la incertidumbre sobre futuras alzas arancelarias o la disponibilidad de componentes impulsa a las empresas a acumular inventarios como medida de precaución. Este cambio aumenta los costos de almacenamiento y manejo de inventario, inmovilizando capital y añadiendo otra capa de gasto.

Impacto en distribuidores e integradores de latinoamérica 

Los distribuidores e integradores de sistemas de seguridad electrónica en América Latina se encuentran en una posición particularmente difícil, atrapados entre el aumento de los costos de los proveedores y las presiones de precios del mercado final. La compresión de márgenes es un desafío inmediato. 

A medida que los fabricantes trasladan los costos de los aranceles, los distribuidores e integradores ven reducida su rentabilidad. La decisión de cómo gestionar estos aumentos de costos es compleja. Trasladarlos completamente a los clientes finales a través de aumentos de precios o recargos específicos por arancel puede afectar la competitividad y encontrar resistencia por parte de los clientes, especialmente en un mercado sensible al precio. 

Esto puede llevar a la pérdida de proyectos o a la cancelación de los mismos. Los contratos a precio fijo, comunes en la industria de integración, se vuelven particularmente problemáticos. Un aumento inesperado en los costos de los componentes debido a los aranceles puede hacer que estos contratos no sean rentables, obligando a renegociaciones difíciles o, en el peor de los casos, a asumir pérdidas.

Operacionalmente, los integradores enfrentan múltiples dolores de cabeza. Pueden verse obligados a cambiar de proveedores a mitad de un proyecto, lo que introduce riesgos de compatibilidad y requiere esfuerzos adicionales de integración y prueba. La falta de disponibilidad de componentes específicos puede forzar rediseños de sistemas, basando las decisiones más en la disponibilidad que en el rendimiento óptimo, lo que puede comprometer la calidad o funcionalidad de la solución final. 

La gestión de inventarios se vuelve más compleja, con la necesidad de equilibrar el exceso de existencias de algunos componentes y la escasez de otros. Además, pueden surgir problemas inesperados en aduanas, retrasos en la documentación o reclasificaciones arancelarias. La incertidumbre general también puede llevar a una retracción en las inversiones y la expansión por parte de los integradores.   

Adaptación y equilibrios en la cadena de suministro 

Fuente: portafolio.co

A medida que transcurra el tiempo, se espera que las nuevas configuraciones de la cadena de suministro comiencen a estabilizarse. Las estrategias de nearshoring y diversificación, iniciadas como respuesta a los aranceles, se volverán más maduras y establecidas. 

Las empresas tendrán que adaptar sus modelos de precios y estrategias operativas a un entorno con costos base potencialmente más altos. Existe la posibilidad de cierto alivio arancelario a través de negociaciones bilaterales, o cambios en la política comercial debido a cambios en la administración estadounidense o presiones económicas. Sin embargo, es probable que las tensiones comerciales subyacentes, especialmente con China, persistan en algún grado.

América Latina tiene el potencial de consolidar su posición como un centro de nearshoring clave para ciertos segmentos de la industria electrónica, si logra abordar sus desafíos estructurales de seguridad. La integración tecnológica se volverá aún más crucial. El uso avanzado de IA, IoT, análisis de big data y plataformas digitales será esencial no solo para la funcionalidad de los sistemas de seguridad, sino también para la gestión eficiente y resiliente de cadenas de suministro complejas. 

Los factores geopolíticos, en particular la relación entre EE. UU. y China y la estabilidad regional en LATAM, seguirán siendo influencias dominantes en las políticas comerciales y las decisiones estratégicas sobre la cadena de suministro.

El crecimiento del mercado podría estar impulsado por la innovación continua, una mayor integración en ecosistemas más amplios (ciudades inteligentes, edificios inteligentes, industria 4.0) y la necesidad de abordar amenazas de seguridad en constante evolución, incluidas las ciberseguridad. 

La trayectoria del impacto arancelario no es lineal. Se manifiesta en fases: una disrupción aguda inicial, seguida de un período de adaptación y búsqueda de un nuevo equilibrio, que finalmente podría conducir a cambios estructurales duraderos. Las estrategias empresariales deben reconocer y alinearse con estas distintas fases. 

El impacto en los costos para los distribuidores varía significativamente según el tipo de producto, siendo altamente volátil. En muchos casos, los precios pueden experimentar incrementos repentinos de un día para otro que oscilan entre un 5% y un 50%, debido a los costos asociados a la fabricación por parte del fabricante. Esta variabilidad puede generar desafíos importantes en la planificación y estabilidad de los precios en la cadena de suministro.

Además, dada la naturaleza inherentemente política y fluctuante de las políticas comerciales,  la incertidumbre no debe verse como un factor temporal, sino como una constante del entorno operativo. Esto eleva la agilidad, la flexibilidad y la planificación de escenarios orientados a la adaptación al cambio de forma permanente.

Algunas estrategias para la resiliencia y la adaptación

Ante el complejo y volátil entorno comercial actual, las empresas del sector de seguridad electrónica en latinoamérica deben adoptar estrategias proactivas para desarrollar resiliencia y asegurar su competitividad a largo plazo. La adaptación exitosa requiere un enfoque integrado que abarque la cadena de suministro, la gestión de costos, la optimización operativa, la gestión de riesgos y el compromiso estratégico. Algunas estrategias pueden ser:

• Desarrollar activamente estrategias de abastecimiento múltiple para reducir la dependencia crítica de un solo país o de un único proveedor. Esto implica identificar, calificar y establecer relaciones con proveedores alternativos en diversas regiones, incluyendo otras partes de la región, el sureste asiático y Europa.   
• En el caso de proveedores pueden utilizar las herramientas de análisis para modelar diferentes escenarios arancelarios (cambios en las tasas, nuevas exclusiones, represalias comerciales) y evaluar su impacto potencial en costos, plazos de entrega y rentabilidad. Desarrollar planes de contingencia para los escenarios más probables o de mayor impacto.   
• Desarrollar modelos de precios que puedan ajustarse a la volatilidad de los aranceles. Considerar la transparencia mediante recargos específicos por arancel en lugar de integrar el costo en el precio base, comunicando claramente las razones a los clientes. Educar a los clientes sobre el impacto de los aranceles en los costos es fundamental.   
• Análisis del valor en aduana: Asegurar que la valoración de las mercancías importadas para fines aduaneros sea precisa y cumpla con la normativa, evitando pagos excesivos de derechos basados en valoraciones incorrectas.   
• Estructurar las operaciones y la cadena de suministro para maximizar los beneficios de los Tratados de Libre Comercio (TLC) vigentes, según cada país como el T-MEC. 
• En la gestión de inventarios, evaluar un cambio estratégico desde modelos "just-in-time" hacia enfoques "just-in-case" para componentes críticos o aquellos con cadenas de suministro volátiles. Esto implica mantener niveles de inventario de seguridad más altos, equilibrando los costos de almacenamiento con el riesgo de disrupción. La acumulación estratégica de inventario (stockpiling) antes de aumentos arancelarios anticipados puede ser una táctica viable, pero requiere una previsión cuidadosa y gestión de costos asociados.   
• No depender de un único modo de transporte o ruta. Es conveniente desarrollar opciones y relaciones con proveedores de servicios logísticos que cubran transporte marítimo, aéreo, ferroviario y por carretera, permitiendo flexibilidad para redirigir envíos según las condiciones del mercado, costos o congestiones.   
• Para grandes proyectos, implementar salvaguardias contractuales, incorporando cláusulas específicas en los contratos con proveedores y clientes que aborden la volatilidad de los aranceles. Esto puede incluir mecanismos claros para el traspaso de costos, cláusulas de fuerza mayor adaptadas a eventos comerciales, o acuerdos sobre flexibilidad en los plazos de entrega.   
• Evaluar el uso de instrumentos financieros, si procede y es factible, para cubrirse contra fluctuaciones cambiarias significativas, que pueden ser exacerbadas por las tensiones comerciales y la incertidumbre económica.   
• Establecer procesos para monitorear continuamente los desarrollos en políticas comerciales (aranceles, sanciones, acuerdos), las tensiones geopolíticas globales y regionales, y los factores de estabilidad que podrían impactar las operaciones de la cadena de suministro.   
• Mantenerse informado, seguir de cerca las fuentes oficiales y las publicaciones especializadas en comercio internacional para estar al tanto de los cambios en las regulaciones arancelarias, las oportunidades de exclusión y las posibles modificaciones de políticas.   

La mitigación de los efectos arancelarios no es una tarea única, sino un proceso continuo de adaptación y mejora. La resiliencia en el entorno actual no se trata solo de reaccionar a las crisis, sino de construir proactivamente las capacidades, la flexibilidad y la inteligencia necesarias para anticipar, absorber y adaptarse a las disrupciones como parte integral de la estrategia empresarial. 

Aquellas empresas, desde fabricantes hasta integradores, que adopten este enfoque holístico y proactivo estarán mejor posicionadas para afrontar las complejidades del panorama comercial actual y aprovechar las oportunidades emergentes en el dinámico mercado de seguridad electrónica de latinoamérica.